sábado, abril 05, 2014

Tantos 5 de abril

Keiko ensayó una autocrítica sobre el 5 de abril de 1992, en pleno desarrollo de la segunda vuelta que disputó con Humala, cuando dijo que ese había sido un acto indeseable, explicable en las circunstancias, pero que nunca más se repetiría. Podía ser demasiado poco para un golpe de Estado y los atropellos a las instituciones y los derechos que le siguieron, pero daba una idea de la necesidad de un sector del fujimorismo con mayor ambición inmediata de poder, de hacer concesiones ideológicas para conseguir ser admitidos en el club de los “partidos democráticos”, que hasta hace unos años tenían como ID, no haber sido parte de la dictadura.

A la altura de 2014, sin embargo, hay otro sector naranja que ya no siente ninguna obligación de permanecer en el closet y que la noche del viernes conmemoró el autogolpe como el momento fundacional de la corriente política liderada por Alberto Fujimori; y que tampoco tiene empacho en convertir lo que fue su alianza encubierta con los tanques y los espías, para apoderarse en el momento debido de todo el poder, en una jornada épica de la que sentirse orgullosos y que podrían volver a encabezar si se les presenta la oportunidad. Así se puede decir que la fracción de los “albertistas” o sector Diroes, liderada por el abogado Paco Catillo, a cuenta del exdictador, está empezando a ver en el ambiente, señales que el discurso duro de los 90 está creciendo en base social.

Pero no es sólo en la tienda fujimorista dónde se ven desacuerdos sobre el balance del 5 de abril, veintidós años después. De un lado, los que dicen que esas cosas no se deben hacer, aunque entre ellos hayan arrepentidos apoyadores del mazazo de 1992 y otros que siempre fueron adversarios de Fujimori. Para algunos, por eso mismo, lo que cabe es pasar la página, dejar las cosas como están y hacer malabares para distinguir el fujimorismo bueno del malo. A su vez, hay los que recuerdan las cuentas pendientes de los 90, en asuntos como los de una nueva Constitución (ver lo sucede en Chile), la revisión de las privatizaciones y contratos del Estado, la restitución de derechos laborales y sociales, etc.

Frente a ellos están además los que justifican el golpe y dicen que había una situación extrema de crisis económica y violencia política, que según se entiende daría la justificación para aplastar al resto y militarizar el Estado. Y hay, dentro de estos los que tienen el cinismo suficiente como para decir que el autogolpe fue el sismo necesario para borrar la huella del movimiento telúrico previo que había sido protagonizado por Velasco. La lógica de este razonamiento es inquietante ya que implica decir que en empates de fuerzas, el que tiene las armas de su lado gana. ¿Cuántos pensarán así, aunque no se atrevan a decirlo?

05.04.14

4 comentarios:

Juan A. Cavero G. dijo...

"Nunca lo he hecho, ni lo volveré a hacer" parece decir la hija del delincuente, con su limitada capacidad intelectual.
¿Alguien cree realmente que el fujimorismo esté dividido? ¿O que un sector de él se arrepienta del golpe? Así como el Apra sólo existe para blindar a García y tener alguna esperanza de recuperar el poder, el fujimorismo sólo existe para liberar al delincuente japonés y alguna vez volver al poder. Si eso último sucediera, no me cabe ninguna duda que ejecutará venganza contra quienes se le opusieron y no tendría ninguna intención de entregar pacíficamente el poder.

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”. Soy Ambrosio

Golpe de Estado (del francés coup d'État) es la conquista del poder político, de un modo imprevisto y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, las normas legales de sucesión en el poder vigente con anterioridad, burlándose de la voluntad democrática producto de las urnas. Todos los golpes de Estado, y los intentos de golpes de Estado son nocivos. El de Velasco fue malo, los intentos de toma de poder vía “lucha armada” del marxismo leninismo (Sendero, MIR, MRTA) fueron siniestros intentos de golpes de Estado. El autogolpe de Estado de Fujimori también violó la voluntad popular.

Y pues sí, Raúl. La culpa del autogolpe de Fujimori la tiene el miserable del general golpista, Juan Velasco Alvardo. La comparten toditititos los que apoyaron y trabajaron para esa dictadura golpista, miserable, inepta. Tú, Raúl, por ejemplo, que trabajaste para la dictadura de Velasco, apoyaste la “lucha armada” en los 70, pues, eres un golpista. Lo que, por cierto, te descalifica para criticar el autogolpe de Fujimori, como sí bien lo podemos hacer los liberales.

Atentamente,
Ambrosio

Anónimo dijo...

"La culpa del autogolpe de Fujimori la tiene el miserable del general golpista, Juan Velasco Alvardo".

¿What?, ¿Es un contrafáctico? ¿qué correlaciones existen para tal afirmación?

Anónimo dijo...

Yo no soy Ambrosio, soy Anónimo como mi jefe, nuestro patrocinado narcoindultador que se muere de risa de todos porque tiene comprado al poder judicial ... adivinen con qué plata... pues la misma con la que paga a Ambrosio ...