sábado, enero 04, 2014

Reescribir la historia


Corrupción y montesinismo eran dos definiciones ineludibles de lo que ocurrió en el Perú de los 90, y una explicación de por qué pasó lo que pasó en el año 2000, cuando emergió una mayoría democrática en contra de la re-reelección de Fujimori que apuntaba a mantener el sistema mafioso que ya había durado diez años.

En las elecciones del 2011, todavía estaba presente esta memoria histórica que fue un factor crucial en la derrota del intento de la gran prensa por imponer la candidatura de la hija del dictador, como si fuera una promesa de “fujimorismo bueno”. Nuevamente se armó una mayoría circunstancial para frenar el engaño y eso contribuyó decisivamente a la victoria de Humala, que ha estado ya varias veces al borde de traicionar este mandato por consideraciones de pragmatismo político: gabinete Valdés, pedido de indulto a Fujimori, repartija de julio, pero mal que bien ha finalmente retrocedido en cada uno de esos casos. 

El 2013, sin embargo, mucha gente ha empezado a dudar de lo que creía tener tan claro: la corrupción parece ahora el tema de Toledo y sus delirantes compras de inmuebles a nombre de su suegra y la empresa Ecoteva, cuyos principales perseguidores son los parlamentarios fujimoristas que dicen que esas cosas no se deben hacer; y el montesinismo, el problema de Humala, que quiso montarse sobre el mismo Estado procedente de la década de los 90, apenas depurado por sus predecesores llamados democráticos, y otra vez los fujimoristas, al lado de los apristas, como acusadores de ese mal que es tener juntas oscuras con personajes oscuros que caminan al lado del poder con distintos gobiernos.

Increíblemente la pregunta, aún sin respuesta, ya no es adónde fueron a parar los dineros de la privatización que  equivalían a más o menos 11 mil millones de dólares y se hicieron humo, en medio de compras corruptas de armamentos, licitaciones amarradas, deudas sobrepagadas, financiamiento de diarios chichas y pagos a dueños de medios de comunicación, compra de congresistas, magistrados, etc.; sino, con la ayuda del propio Toledo, cómo fue que pudo cubrir el gasto por las casas con las que quería pasar a la condición de nuevo rico, que ya alcanzaron García y Fujimori.

Y, la otra, que también nos ha sido cambiada, es la que antes se hacía sobre qué fue lo que unió a Fujimori con Montesinos, y que ahora se escribe: ¿por qué Humala le daba sobreprotección a López Meneses? Así tenemos el mundo al revés: los que encabezaron el alzamiento contra el fujimorismo re-reeleccionista, corrupto y montesinista, ahora son los reeleccionistas, los corruptos y los amigos de Montesinos. Cosas que pasan cuando los líderes no dan la talla para las tareas que se les pusieron al frente, y sucumben al camino fácil y de adaptación al pasado. La tragedia de la transición peruana.  

04.01.14
www.rwiener.blogspot.com

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