martes, enero 14, 2014

El Perú no es la CONFIEP


Ollanta Humala dijo alguna vez que la confianza empresarial era algo de lo que él no se había percatado hasta que empezó a perderla. Con eso quería justificar la serie de reuniones que organizó con los dirigentes empresariales para que le recomendaran las medidas para que los inversionistas confiaran un poco más en su gobierno y pusieran más dinero en el impulso de la actividad económica, después de la crisis de Repsol.

Ahí vinieron un montón de concesiones en aspectos sociales, ambientales y arqueológicos, para alentar las inversiones, con un saldo magro ya que al final del año todos los balances insistieron en que la tasa de crecimiento de la inversión privada fue mucho menor que en años anteriores, achacándolo a la falta de confianza. Ciertamente que en el mundo los flujos de inversión están retraídos por la desaceleración de las principales economías y que hoy hay menos entusiasmo en los grandes desembolsos a largo plazo, pero en el Perú si se habla de eso se dice que se está aumentando la desconfianza.

En realidad la confianza empresarial a estas alturas puede ser cualquier cosa. Por ejemplo hablar de la concentración de medios de comunicación por la compra de una empresa pulpo a otras más pequeñas y los efectos que esto tiene en que haya cada vez menos que escoger en la prensa, es un asunto que amenaza la libertad de empresa y por supuesto trae tremenda desconfianza. O que en el proyecto de nueva ley universitaria se proponga ponerle un freno a la voracidad de los mercaderes de la educación puede producir resultados tan asombrosos como la CONFIEP hablando de autonomía universitaria.

En la pesca, intentar regular la extracción de anchoveta en la zona de reproducción de la especie en épocas de altos precios internacionales, es como para perder toda la confianza que se había construido en los muchos años en que la Sociedad de Pesquería, socia de la CONFIEP, había controlado el viceministerio de pesquería. Y, por último que algunas entidades públicas como los ministerios de Ambiente, Cultura y otros, pongan algunas observaciones a los proyectos que impactan sobre el ambiente y las condiciones de vida de los pueblos indígenas, merece ponerlos en una lista negra frente a los meritorios ministerios de Economía, Agricultura, Comercio Exterior, Transportes y Energía y Minas, que parecen ser parte de otro gobierno dentro del mismo gobierno.

De todo esto trata el comunicado de la CONFIEP publicado en casi todos los diarios el último domingo y que Perú 21 ha traducido ayer en una orden para el gobierno: “Rectifíquese”. Así las cosas, Humala nunca tendrá la confianza de los que lo tratan como si fuera uno de sus empleados. El tema es que García Miró y otros han confundido las cosas y creen que los intereses del Perú son los de su gremio y que el país puede ser permanentemente chantajeados para que los hombres del dinero se salgan con su gusto.     

14.01.14

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