domingo, noviembre 17, 2013

Villafuerte

Una caricatura de estos días representa un diálogo en el que un personaje le dice al otro que no recuerda el nombre del asesor de seguridad del gobierno: si Adrián Montesinos o Vladimiro Villafuerte. En otra se muestra a Nadine y Ollanta, en el aeropuerto,  afirmando lo del gobierno en familia, pero las niñas son Vladimiro y Villafuerte, y el más pequeño López Meneses.

Ambos dibujos reflejan la gravedad de lo que ha pasado en estos días, es decir la forma como la sombra del exasesor en prisión se ha proyectado sobre el gobierno y la aparente reedición del sistema de gobierno paralelo de los 90 esta vez a cargo del llamado “Ácido”, que fuera íntimo acompañante de Ollanta Humala por muchos años.

La crisis ha sido fulminante, porque no sólo se tumbó a un paquete de generales, coroneles y un comandante de la Policía, y amenaza al presidente del Comando Conjunto colocado en posición difícil de sostener de acuerdo con las acusaciones de varios jefes policiales, sino que ha forzado la renuncia del ministro del Interior y del propio asesor Villafuerte, que a todas luces no se querían ir.

Puede entenderse de todo esto que el gobierno que hace muy poco había nombrado nuevo premier y había cosechado a partir de ello una variación todavía incipiente en la tendencia de las encuestas, ha reaccionado, no se sabe si por presión del mismo premier Villanueva, para dejar sentado que si no hubo cambios de personal al momento en que asumió el cargo, ahora la cosa se ha hecho inevitable.

El gobierno se la está jugando para marcar una separación con los remanentes de fujimontesinismo que circulan en el Estado y que tienen sus concentraciones más nutridas en los institutos armados y la policía, pero no sólo ahí. Villafuerte puede ser sincero cuando asegura que nunca trató con Vladimiro, pero que tiene una idea montesinista de la inteligencia y de cómo debe garantizarse la seguridad del gobierno, de eso, no cabe duda.  

Pero tal vez pueda decirse lo mismo del presidente Ollanta, que puede tachar de basura a López Meneses, y al mismo tiempo estar dispuesto a pagar por el tipo de “ayuda” que tipos como este brindan a los gobiernos. Creo además que ideas parecidas recorrieron los gobiernos de Toledo y García, lo que implica que la herencia del “chino” no se resume en la continuidad económica y la tecnocracia que viene con ello, sino en los métodos para obtener información y adelantarse a los acontecimientos.  

Es verdad que una cosa era el mundo con el Doc., que duró diez años y otras las maneras como se han ido hundiendo sus asesores de mala imitación en sucesivos gobiernos. Que Villafuerte haya tenido que renunciar muestra otra vez que el actual gobierno si tiene una característica es su debilidad.  Fujimori, Chávez y otros ya hubieran dicho: el asesor se queda. 

17.11.13
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Raúl: La salida de Adrián Villafuerte Macha, puede expresar fuerza de parte de Ollanta, que no se expresa en los últimos años, ya que es desprenderse de su brazo derecho en temas militares, no olvides que el gobierno de Ollanta Humala también es un gobierno de un proyecto militar en principio no montesinista.
Oscar.