viernes, agosto 16, 2013

El fin del Sendero del VRAEM

El tipo de guerra en que se encuentran envueltos los senderistas del VRAEM tiene todos los rasgos de descomposición que acompañan a las aventuras armadas que pierden la perspectiva del poder. La eliminación de sus mandos militares como consecuencia de una delación de una persona a la que le tenían la mayor confianza como para convertirlo en anfitrión de una cita fatídica, prueba que a diferencia de lo que dice la doctrina maoísta, el tiempo está jugando en su contra, desgastando la moral de los combatientes y anulando los reflejos de los jefes.

La organización de los Quispe Palomino consiguió sobrevivir más de veinte años a la captura de Guzmán y casi quince años a la de Feliciano que fue en algún momento su jefe político. Sus mandos no forman parte de la dirección histórica de Sendero Luminoso, y si el PC-SL era un grupo marginal al resto de la izquierda con la que mantenía constantes enfrentamientos, la fracción del VRAEM ha sido marginal a los marginales. Ninguno de sus jefes y milicianos ha tenido una historia en común con los movimientos sociales en los que se ha desarrollado la izquierda. En esencia son una estructura militar que quedó del conflicto armado de los 80 y 90, y que han podido mantenerse en base a dominio del terreno y manejo de la técnica de combate.

No se conoce ninguna lectura política de parte de este grupo sobre lo que ha venido ocurriendo en el Perú desde que se autonomizaron de la dirección de Guzmán y la incluyeron en la lista de sus enemigos. Pero eso no quiere decir que no hayan representado un factor importante en la pugna de poder que existe en una zona tan desintegrada del resto del país como es la selva de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro. Esta es un área en la que se mueve mucho dinero (se calcula que la droga que sale de la zona genera poco más de 200 millones de dólares por año) y en la que todos los actores están conectados con el ilegal negocio, incluidos por supuesto las autoridades y las fuerzas de represión.

La intensidad de la economía ilegal ha ido minando la autoridad del Estado y la credibilidad hacia los jueces, fiscales, policías y militares, lo que explica por qué las mafias son casi intocables y lo complejo que viene a ser la presencia senderista. Pero es evidente que la organización de los Quipe Palomino ha sido alcanzada por el tipo de relaciones que se han ido imponiendo en la zona. Si tuvieron alguna vez la idea de que podían usar la ideología para evitar que el medio los penetre, la conclusión es que no lo lograron. Después de ver que un topo de la policía estaba al lado de Alipio y de Gabriel, lo que hay que decir es que el Sendero del VREM puede tener las horas contadas. Pero ahí quedará todavía el problema del narcotráfico.

16.08.13

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