sábado, mayo 04, 2013

Gerentes petroleros


Hace algunas semanas este periodista que escribe fue virtualmente fusilado por hacer una denuncia sobre uno de los actuales gerentes de Petroperú que viene litigando contra la SUNAT por una deuda tributaria que se resiste a pagar y por señalar la manera poco trasparente como ha ido favoreciendo a otros colegas de su mismo nivel jerárquico con el ascenso de sus familiares. Aparte de la respuesta del aludido, la gerencia de administración envió otra carta para limpiar a su colega y en medio de todo hubo abogados y relacionistas públicos para responder en nombre de la empresa por los asuntos personales del denunciado.

Cualquiera podía apreciar que ya no había necesidad de probar que el señor de la deuda y los ascensos era un  hombre poderoso. Pero, como va la historia, habría que agregar que el caso no es una anomalía del sistema, sino que tras la salida de Campodónico de la presidencia se ha consolidado una red gerencial de personas cercanas a la jubilación que hoy tienen el virtual control de la empresa, empezando por la presidencia ejecutiva ejercida por el exgerente general. Que todos ellos se ayuden y protejan parece casi obvio en una situación así. Después de todo se trata de funcionarios que vienen de los años 70 y 80 y pasaron muy orondos por la etapa de la privatización, con una sola regla invariable: seguir en Petroperú

En el actual Congreso hay un personaje que participa de este espíritu, por los muchos años que paso en la empresa petrolera del Estado, se trata para mayores señas del congresista Santiago Gastañadui, casado con una prima de la primera dama. Los que saben de estas cosas indican que fue él quien colocó a Héctor Reyes Cruz, como presidente y discutió las nuevas gerencias. Ahora todos esos tipos son los que han hecho la llamada “evaluación seria” para descartar la compra de los activos de Repsol, preanunciada por una inolvidable declaración de Nadine Heredia, cuando otros miembros del gobierno insistían en lo bueno del negocio.  

Claro que si vamos a ser sinceros, a los gerentes petroleros lo que menos les interesa son los cambios y los riesgos de la empresa que les paga bien, y de la que depende su inminente jubilación, sin mencionar la probable subsistencia de redes de corrupción. Entonces si se les pide números para que no vaya una compra no hay duda que van a encontrar la forma de expresarlo, como si se tratara solamente de un tema de cuánto piden los españoles y cuánto vale la empresa, y no de la posición de Petroperú en el mercado petrolero nacional e internacional, y de la política energética del Estado para los siguientes años.  

04.05.13

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