jueves, abril 04, 2013

El contexto del fallo


El juez impresentable, Malzón Urbina, no sólo atropella el derecho, la autoridad municipal, los sentimientos de la población por erradicar el foco infeccioso de La Parada, la lógica  y el lenguaje. Va más allá de eso y convierte a una sola persona, a doña Ida Obdulia Ávila Sedano, según dice dirigente de la Asociación de Concesionarios del Mercado Mayorista Nº 1 La Parada, de la que no especifica qué cargo ostenta y el poder otorgado por otros para litigar como representante de otros comerciantes.

El juez desconoce que la gran mayoría de comerciantes mayoristas está trabajando en Santa Anita desde hace meses y no han acompañado el reclamo de Ávila Sedano. Asimismo que la mayoría que permanece en las posiciones originales son minoristas. De otra parte el juez parece no haber leído lo que la señor Ávila sostenía hasta la fecha del traslado era que no estaba en contra de Santa Anita pero que tenía objeciones, que le permitían ganar tiempo. Algo parecido a los empresarios del transporte capitalino que aseguran no oponerse a la reforma, pero le meten cabe como pueden.

El juez Malzón ha hecho una teoría de la donación-posesión que sorprende por su audacia. Si la voluntad del donante era construir un mercado moderno y eficiente, y el receptor de la gracia no puede hacerlo en La Parada por el lugar donde está ubicado y los vicios que ha acumulado, su obligación es buscar un nuevo local y mantener el propósito. Lo confirma el apoyo de la familia descendiente del donador que está de acuerdo con el traslado. Pero Malzón va más allá, convierte a los concesionarios en “posesionarios”, como si estuvieran ahí por abandono del municipio y ellos encarnaran la voluntad del donante. Y luego les aplica las reglas de la posesión, es decir los trata como ocupantes de hecho, beneficiados por el tiempo y que pueden resistir por la fuerza a quienes pretendan desposesionarlos (considerando 24). La idea es audaz y lleva implícita la justificación por la contratación de delincuentes para evitar la acción de la Policía y los enfrentamientos que ocurrieron en Octubre.

Malzón además se manda por el tema de los “contratos” que supuestamente viola la Municipalidad al trasladar a los comerciantes. Pero aquí hay una flagrante contradicción: no se puede ser “posesionario” (de hecho) y a la vez exhibir contratos. Y si hay algún compromiso entre mayoristas y el Concejo de Lima, es para que los comerciantes prosigan su labor en forma pacífica, lo que se cumple al desplazarlos a Santa Anita donde se está haciendo la misma actividad que en La Parada. Pero Malzón asume que es un “desalojo”, ¿cómo lo sería si la mayor parte de comerciantes está contenta y sigue trabajando en Santa Anita y doña Ida sigue en su paradita tan tranquila sin que nadie la bote? 

O4.04.13

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