miércoles, agosto 08, 2012

Familia Humala I



Como para la mayoría del país, mi primera noticia sobre los Humala llegó procedente de Locumba, en la frontera de los departamentos de Tacna y Moquegua, donde un joven comandante se había alzado contra Fujimori, que todavía estaba a la cabeza de la llamada “transición democrática”, dirigida por la “mesa de negociación de la OEA”, mecanismo en cámara lenta que pretendía regular, evitando sobresaltos, el paso de un sistema político a otro más bien de contornos por definir, en medio de compromisos que apuntaban a la impunidad. El comandante estaba acompañado por su hermano, un mayor en retiro, que se sumó a la revuelta. Yo era por esos días columnista del diario “Liberación” de César Hildebrandt, y junto con el director y otros colaboradores apoyamos sin dudas y murmuraciones el desacato de los Humala a la cúpula militar montesinista, y su exigencia de que Fujimori dejara inmediatamente el poder y no manipulara más el proceso político a favor de sus intereses. Entonces nos cayeron llamadas de Ulises y la esposa de Antauro, para darnos detalles y reclamarnos que denunciáramos los planes siniestros que se preparaban en contra de sus parientes. 

Mi segunda noticia me llegó el año 2003, cuando recibí la sorpresiva visita de Antauro Humala que decía que venía a hacerme una propuesta. Estaba decidido a sacar un periódico que la principio sería semanal para luego tornarse en interdiario y culminar como diario, que sería vendido por los militantes de su movimiento, que él denominaba como “reservistas”, para asociarlos a una función vinculada a lo militar, que se cobrarían el 50% de la venta en Lima y el 100% en provincias y se autofinanciarían con ello. Lo que a mí me proponía el hermano de Ollanta era publicar mis columnas en la nueva prensa, a lo que respondí con una autorización para usar los textos que difundía por Internet. Luego le pregunté por el nombre de la publicación y me dijo que podía ser “El Nacionalista”, “El Patriota” o algún otro semejante. Entonces anoté:

-          ¿Y por qué no le pones de nombre “Ollanta”?, ¿no estás buscando su candidatura para el año 2006?

El periódico se llamó “Ollanta”, y en él aparecieron muchas notas mías, que el editor (Antauro) modificaba según su criterio para darles finales más combativos. Cuando me quejaba, Humala me respondía que tenía la obligación de darle un toque etnocacerista a todo lo que publicaba. Ese fue mi primer distanciamiento, salí del periódico cuando ya en algunos lugares me llamaban compatriota. Luego tuve un desagradable cargamontón durante un debate sobre la Asamblea Constituyente que acentuó mis distancias, generándome la idea de que el etnocarismo era una corriente sectaria que no quería colaborar con otros sectores. Finalmente se añadió otro incidente que esta vez rebotó sobre la cabeza de Ricardo Letts por intentar diferenciar al pueblo chileno de su burguesía y ejército.

Así que a finales del 2004 había completado mi primera experiencia con uno de los más prominentes miembros de la familia Humala y  había empezado a dudar si el destino nos depararía una lucha en común en los siguientes años. Justamente el último día del 2004 un batallón de etnocaceristas marcharía a la comisaría de Andahuaylas y capturaría sin un solo disparo a los policías encargados del local. Había comenzado el Andahuaylazo.

08.08.12
www.rwiener.blogspot.com 

5 comentarios:

Jorge Castro dijo...

Espero de todo corazón tu cuerpo elimine todo razgo de enfermedad y la fuerza de la salud total te envuelva y sigas brindandonos tu perpectiva politica, como yo hay cientos ,tal vez miles de lectores que te desean lo mismo y recuerda que ese sentimiento esta acompañandote....Gracias por tu valentia y sinceridad, respira hondo y dale para adelante, todavia hay bastante trabajo que hacer en el Perú.

Marcela dijo...

Sr. Raúl Winier:
Los quechuas decimos que en estos “tiempos de enfermedad” surgirán muchas enfermedades desconocidas, como ésta que a usted le enfermó: “Ollantitis” del que estoy seguro, se recuperará y saldrá vigoroso con el cariño de su familia, de sus amigos cercanos y lejanos como yo. La cura, según mis compoblanos, es una carcajada pues es una enfermedad que nosotros mismos nos la hemos buscado, mejor dicho “nos la hemos comprado”. Claro, comenzó como una simple gripe, luego se expandió y se hizo una pandemia. “Ollantitis” es una enfermedad mortal, pues ya cobró 17 víctimas, es decir 17 hogares en orfandad por causa de este virus mortal.
Me animé a escribirle después de mucho desánimo confortado por su valentía y sinceridad, y aunándome a quien me antecede en este comentario le deseo mucha salud, y no hay tiempo para enfermarse más. Dale mis saludos a Else (ojalá pudiera tener su correo), a tus hijas, de parte de Marcela Machaca. Ya habrá tiempo para la salud plena de nuestro Perú.

Marcela

Marcela dijo...

Disculpa también por el error ortográfico, Sr Wiener

PERCY dijo...

SR. RAUL WIENER, DE TODO CORAZON LE DESEO QUE CUANTO SE RECUPERE TOTAL Y COMPLETAMENTE Y VUELVA A ALIMENTARNOS CON SUS ARTICULOS QUE, EN LO PERSONAL, YA LOS ECHMSO DE MENOS.

PERCY dijo...

SR. RAUL WIENER, DE TODO CORAZON LE DESEO QUE CUANTO ANTES SE RECUPERE TOTAL Y COMPLETAMENTE Y VUELVA A ALIMENTARNOS CON SUS ARTICULOS QUE, EN LO PERSONAL, YA LOS ECHAMOS DE MENOS.