sábado, agosto 25, 2012

Conga no fue

Hace algunos meses comparé la decisión de Toledo de dar marcha atrás en la privatización de las eléctricas del sur una vez que midió los alcances del “arequipazo” y comprendió que no había forma de ganar esa batalla, con la terquedad de Ollanta de insistir a través de sucesivos gabinetes de imponer el proyecto Conga contra la que cada vez era una cada vez más evidente mayoría regional. La designación de Valdés como primer ministro y su permanencia en el cargo hasta julio respondía únicamente al tema Conga y a la ilusión de que el premier de la nariz de pataclaun podía llevar en derrota a las autoridades rebeldes de Cajamarca a sentarse en una mesa de diálogo.

Pero al propio Jiménez Mayor que quería expresar una opción por el entendimiento y la “descongalización” de la agenda política, lo forzaron a mantener un estado de emergencia que ya no servía ni siquiera como gesto de autoridad del poder central, y que encendió nuevamente el escenario. Si se hiciera la suma de errores del gobierno desde el inolvidable “Conga va” de noviembre, se podría concluir que se dieron todos los pasos que dirigían hasta el aplastante de reunir en contra del proyecto que convocó peritos y discursos presidenciales cargados de reformas a la versión original, al 78% de la población cajamarquina y al 83% de sus habitantes del área rural.

¿Cómo se pudo fallar tanto? Tiene que ver con la inexperiencia, la soberbia y la mala asesoría política, pero si se ve bien, este fiasco es indisociable de la conflictiva relación Yanacocha-Cajamarca que se arrastra por veinte años. En buena cuenta el gobierno de Humala se compró el problema de una empresa peleada con su región, que había cubierto sus incumplimientos, trampas y abusos con manipuleos en base a la fuerza del dinero que disponía. El punto es crítico porque en la campaña el actual presidente percibió el grado de rechazo que la empresa estadunidense de la que son socios los Benavides, suscitaba en la población.

Gregorio Santos no habría podido decir tantos no y jugar contra la navaja tanto tiempo y cerrar once meses de lucha con las cifras de rechazo al proyecto Conga que presenta IPSOS Apoyo, sino fuera por los pasivos acumulados por la empresa que destruyó la laguna negra e hizo un yermo de una amplia zona de la campiña cajamarquina, que contaminó de mercurio a Choropampa y se negó a reconocerlo, y que chocó contra el pueblo y sus creencias por el asunto del cerro Quilish. Cuando Rosa María Palacios se pregunta por qué otros proyectos parecidos a Conga que están en una zona muy cercano han desatado las mismas resistencias que el ahora suspendido a largo plazo, la respuesta es más que evidente: nadie tiene la experiencia negativa del consorcio Newmont-Buenaventura.

Hoy, en Cajamarca, los defensores de Conga, como Luis Guerrero, Absalón Vásquez, Cecilia Chacón y otros, son vistos como asalariados de la minera. Es la imagen que Yanacocha ha construido de sus relaciones con la gente. Es lo que se quiso hacer con las comunidades aledañas, que se mostraban como entusiastas del proyecto. Pero la abrumadora mayoría de las provincias implicadas y el departamento se han impuesto. Es una buena noticia, qué duda cabe.

25.08.12
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese 78 por ciento que se opone suena a una cifra aplastante. El único inconveniente es que la derecha ha decidido no respetar la voluntad popular. Ha decretado muy oronda que la mayoría no sabe lo que dice. Así como las llamas y las vicuñas son incapaces de discutir el contenido del TLC (Antero Flores-Araoz dixit), del mismo modo los Cajamarquinos son incapaces de darse cuenta de lo que realmente les conviene. Debe ser la altura, que “afecta el raciocinio de sus habitantes” (PPK dixit, también con respecto al TLC)

Por eso la derecha, la prensa servil y la iglesia alcahueta han decidido someter a la población de Cajamarca a un periodo de adoctrinamiento que estará a cargo de los distinguidos profesores del departamento de relaciones públicas de la corporación minera. Luego de estos cursos intensivos, donde el lavado de cerebro y la propaganda jugarán un rol clave, y que duraran todo lo que tarde Newmont en construir los reservorios de agua (¡feliz coincidencia!), se espera que los cajamarquinos se den cuenta de una vez por todas que lo único que les conviene es lo que a la derecha le conviene. Eso es “democracia”, marca Perú.