martes, julio 10, 2012

Privatizadores por el cargo


Más allá de la discusión sobre si el presidente de la Seguridad Social o el de Petroperú, debieran renunciar a sus puestos porque los partidos de izquierda, incluidos los Ciudadanos por el Cambio, han tomado distancia del gobierno de Humala (no veo la relación automática entre una cosa y otra, sobre todo si están defendiendo intereses nacionales o sociales válidos desde esos puestos), lo que el cazafantasmas rojos del diario “Correo”, ha puesto en evidencia, es la angurria de la derecha más falta de vergüenza por apoderarse de la totalidad del aparato del Estado.

Palabras como consecuencia, coherencia y otras han aparecido de pronto en el lenguaje de quién solía burlarse de aquello que no puede ser medido en dinero: “ver a gente matándose por cuatro charcos con agua mineralizada (inservibles para la agricultura) y con un fondo arcilloso que descarta que alimente fuentes subterráneas, frente a la posibilidad de un emporio de cobre y oro”, podría ser tan sorprendente como el caso del supuesto liberal al que le gusta la parte de abajo de la sotana de Cipriani.

Pero ahí no acaba el problema. Porque nadie ha escuchado que consecuencia o coherencia, tengan que ver con la violenta entornillada del presidente actual del Banco Central, sostenido por toda la derecha bruta y achorada que predecía el apocalipsis monetario y financiero con Humala. Ahí cuando toda la tecnocracia de veinte años debía haber hecho maletas, porque los criterios con los que manejaron el país habían sido censurados en las elecciones, lo que realmente ocurrió es que se aferraron a los cargos y eso le pareció de lo más normal a Aldo M ¿Tenía Miguel Castilla que se consecuente y coherente con su viceministerio para el APRA y con el modelo Proinversión, basado en concesiones y subsidios estatales al gran capital que lleva en el alma o lo lógico era quedarse para ver si salvaba copando al presidente y a la primera dama?, ¿qué decir de Jorge Merino que privatizó Centromín con todos los pasivos ambientales sin sanear, dirigió el comité de proyectos mineros de Proinversión y es responsable de las grandes concesiones que hoy dividen al país, todo esto ininterrumpidamente desde la época de Fujimori?

Y ahí está el caso de René Cornejo que también viene de las privatizaciones desde los años 90 y siguió con Toledo y García en la misma función de vender y conceder todo lo que se pudiera. Este caballero que presidió Proinversión, la mata del entreguismo, y Mivivienda donde se hicieron algunas de las mayores fugas de dinero a comienzos de los 2000. En el 2007, dejó el Estado pero siguió contratando como consultor en asuntos que ahora son la materia de la Megacomisión de Sergio Tejada. Y, claro, apenas se le volvió a abrir la opción de regresar al presupuesto público lo hizo sin ningún reparo.

Hay además decenas de viceministros y altos funcionarios en una condición semejante. Ollanta Humala efectivamente demostró una deslealtad profunda con su equipo de campaña y se colgó de la tecnocracia preexistente que encarnaba todo lo que había venido pregonando que se debía cambiar en el manejo del Estado. Pero aquí el tema es el chistecito de los “ciudadanos por el cargo”, que parece que es verdad sólo cuando hay alguien con algo de izquierda que no se va cuando Aldo Mariátegui empieza a decir que desalojen.

Los otros nacieron para el cargo. Son el Estado por naturaleza. En ellos la consecuencia y coherencia es quedarse con el gobierno que sea, para torcerlo desde dentro.

10.07.12
http://www.rwiener.blogspot.com/

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