domingo, marzo 04, 2012

Cipriani creó la crisis de la PUCP

El cardenal Cipriani ha mostrado una extraordinaria habilidad para crear una crisis donde no lo había. Entre centenas de universidades peruanas que dan pena por la calidad de la enseñanza que ofrecen y por el desperdicio de tiempo al que someten a sus alumnos que luego no hallarán como emplearse en su profesión, que se caen literalmente en pedazos por su pésima infraestructura, que se ahogan en pugnas internas o son la caja chica de los proyectos políticos y empresariales de sus propietarios, lo que más se discute desde hace varios años es el futuro de la casa de estudios superiores que es reconocida internacionalmente como el top del Perú y en la que, cualquiera sean sus imperfecciones, se respira uno de los ambientes más democráticos y plurales de la nación.

La iglesia, representada por el actual arzobispo de Lima, cuya misión educativa debiera estar centrada en el acceso de la niñez y la juventud a una educación que valga la pena, una de cuyas opciones puede ser la que oferta la Universidad Católica, frente a varias otras, ha escogido más bien el camino de declararse un heredero descontento que intenta recuperar bienes y títulos con referencia a un testamento del año 1944. Si el objeto del señor Riva Agüero fue donar parte de su fortuna para reforzar una universidad ya existente para que siguiera siendo la expresión de la educación católica, y si este legado con toda su importancia no niega que la universidad y su valor intangible eran anteriores al testamento, y que después de él ha habido un considerable aumento de patrimonio que tampoco puede imputarse a la reproducción simple del aporte rivagüeriano. Pero nada de esto debería estar en debate ya que la universidad sigue existiendo y usufructuando la herencia, sigue siendo Católica no obstante que haya quienes tengan otra idea del catolicismo, y ha continuado manteniendo un vínculo especial con la jerarquía peruana y vaticana.

Pero el tema no es ese. Es que el monseñor quiere la universidad precisamente porque tiene éxito, convencido de que a través de ella el arzobispado multiplicara varias veces su riqueza y creyendo que puede utilizar lo que hoy existe para expandir la penetración del Opus Dei en la educación superior peruana. La crisis artificial creada por el súbito descubrimiento, más de 60 años después, de que al pobre Riva Agüero le habían sacado la vuelta y en vez de la universidad conservadora con la que soñaba le habían creado una institución caviar en la que hay demasiada apertura de pensamiento. Pero quizás lo más interesante de este conflicto artificialmente creado es la manera como varios supuestos liberales se alinean con la versión franquista del poder de la iglesia. Uno puede leer en estos días decir que lo Pontificio y lo Católico salen si van de la mano con el derecho del Vaticano y el arzobispado de Lima para decidir el rector obviando a la Asamblea Universitaria. O escuchar que se dude de la fe del rector o se advierta del agnosticismo de la vicerectora que podría aspirar al cargo. Horror. Si fuera esta otra época es casi seguro que “Correo” estaría pidiendo la intervención de la Santa Inquisición y una buena persecución de herejes para que el verdadero “dueño” de la universidad fije las nuevas reglas.

Lo de La Católica está asociado al cerco contra Ollanta hasta su completo aislamiento y la demolición diaria de Susana Villarán. Un hedor rancio está provocando una masiva náusea a los peruanos.

03.03.12
http://www.rwiener.blogspot.com/

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