jueves, marzo 17, 2011

Empezó la polarización política

Hay una correlación indudable entre el crecimiento de la candidatura de Ollanta Humala a partir de marzo y el casi inmediato despegue de PPK.

Aunque parezcan hechos separados, la tendencia de subida de los postulantes situados en los extremos sirve para mostrar –aunque sea aún de manera incipiente- el país que realmente somos.

Si la tendencia mostrada por todas las encuestas, y no hay razón para pensar que no va a ser así, el escenario electoral de los meses anteriores estaría amenazado de producir el vuelco más fenomenal de los últimos veinte años.

Y eso que en el Perú ha pasado cada cosa en tiempo de elecciones.

En el corte a febrero de 2011, había tres punteros indiscutibles a los que los medios señalaban como los únicos que podían acceder a la primera vuelta. El esquema era un puntero distante (Toledo), con una ventaja entre ocho y diez puntos (no alcanzable) que había subido de manera continúa hasta la mitad del mes, para luego estancarse. Y en marzo está en clara bajada perdiendo entre 3 y 4 puntos.

Castañeda que era el líder en noviembre del año pasado sigue una curva continuada hacia abajo que le hace perder alrededor de diez puntos. En cinco meses. En marzo retrocede aún más y queda netamente en el tercer puesto a 1.1% de Humala que aún va cuarto. Keiko Fujimori también desciende, pero de una manera menos pronunciada que el ex alcalde, lo que la hace quedarse con el segundo lugar en la primera mitad de marzo con un porcentaje entre 21.5 y 23.2% que representa para Apoyo una ventaja de casi cinco puntos sobre Castañeda y según la Católica de un poco más de dos.


Las alarmas, sin embargo, no suenan tanto por estos resultados, sino curiosamente por lo que van más abajo y todavía no han salido de sus ubicaciones iniciales. Ollanta Humala, que se movía sobre el 11 y 12% (con descuento de votos blancos y viciados subía a 14%), daba la imagen de haber quedado fuera de carrera a diez puntos de Castañeda y Keiko que disputaban el segundo lugar. A su vez Kuczynski andaba entre 5 y 7% más o menos a mitad de camino de Humala.

Pero de pronto el comandante nacionalista trepa cerca del 20% y el ex premier ingresa a los dos dígitos. Podría parecer una reanimación tardía, efecto de estrategias conservadoras que no han sido capaces de visibilizar adecuadamente a sus candidatos. Pero otra manera de mirarlo es que aquí ha estado ocurriendo un proceso exactamente al revés de lo que se planteó en el 2006.

Aquella vez, la elección se polarizó tempranamente y apareció en un lado una “candidata de los ricos” con asiento principal en los sectores A y B, y un “candidato antisistema” apoyado masivamente por Dy E. En esta polaridad, creció como un fantasma la posibilidad de la victoria de Humala y la derrota de Lourdes, lo que cambió las apuestas hacia el “candidato de centro” que era Alan García, que se ofreció para liderar una coalición con la derecha.

Así pudieron ganar en un” todos contra Ollanta”, que se consideraba como una consigna de guerra o un grito de vida o muerte y que llevó a que la segunda vuelta fuera aún más polarizada y tensa que la primera.

Para el 2011 el esquema de la disputa apareció totalmente diferente. La jugada audaz de Toledo fue ocupar anticipadamente el espacio de “centro” de Alan García y evitar la polarización robándole propuestas al nacionalismo al mismo tiempo que demolía a la derecha alanista.

El “centro” logró congelar los polos y sacarle ventaja, y puso atrás a los representantes más nítidos de la polarización de la primera vuelta de la elección del 2006. Hasta ahí la perspectiva parecía cantada y cómo dijo Alan García, aunque el 63% lo desapruebe, más del 80% votaba por candidatos que expresaban la continuidad de lo que había venido haciendo.

Pero, como lo escribimos, hace algunas semanas, el cuadro armado a mediados de diciembre no denotaba fortaleza sino inviabilidad. Se había llegado a un punto en el que todos estaban perdiendo: Toledo había tocado su techo y carecía de salidas para seguir creciendo y asegurar su ventaja para segunda vuelta, por lo que podía terminar pasando al siguiente momento en tendencia descendente y en ruta hacia la derrota. Castañeda se desplomaba y podía terminar más atrás del tercer puesto. Keiko retrocedía poco a poco y se aproximaba al punto donde podía empezar a hacerse vulnerable a los que venían más atrás.

Ollanta y PPK tenían que despegar sí o sí, o morirían en el intento. Por tanto algo tenía que cambiar y cuando empezara a hacerlo podría haber una nueva baraja con todos los naipes. Es lo que estamos viendo. Ollanta se va ajustando con su base social: sectores D y E, donde anda encima del 20% y con tendencia a subir (representan el 53% del electorado) y con una fuerza semejante en el sur, centro y votantes rurales.

Su penetración en las capas medias bajas (sector C), se mueve sobre el 15% y en los sectores altos (Ay B) apenas alcanza al 5%. En Lima su votación va sobre el 10% y en el norte supera el 16%. El perfil social en pirámide es casi el mismo de hace cinco años y la distribución territorial mejora en el norte y se mantiene en el resto del país.

Por su lado, PPK logra colocarse en el 30% de los sectores Ay B, superando a los demás candidatos; en el 11% del C; y el 5% de D y E. Exactamente una pirámide invertida, lo opuesto de Humala. Lima es su bastión con 15%. Mientras que en el sur llega al 11%, en el centro a 9% y en el norte al 6%. En el ámbito rural Kuczynski no levanta más del 2%.

Tal como van las cosas, Ollanta tiene para crecer mucho más en los sectores pobres y en el sur, el centro y las áreas rurales. PPK tiene margen en los sectores A y B (15% del electorado), y en lo que pierdan Castañeda y Toledo por efecto de la polarización.

No se puede anticipar si al 10 de abril se habrá volteado el partido y el cuarto y el quinto terminan de primero y segundo. Sería casi un récord. Pero lo que está fuera de discusión es que va a haber mucho más suspenso del que anticipaban los analistas que creen que la fórmula del centro siempre funciona. Y siempre pierden en sus apuestas.

18.03.11
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Juan Arias Avila dijo...

En la calle se siente el avance de Ollanta , algunos reniegan y dicen el mal menor no esta Meche entonces Keiko ,Toledo o PPK los de FS están con duda desde Toledo a Noriega y otros si van por Ollanta.
Falta a Ollanta precisar sus propuestas por ejemplo las pensiones y la relación con los que no han aportado al seguro (su propaganda de la señora que tiene una tienda no aclara al sector hay ejemplo mejores en la parada ver a los señores de edad cargando los costales y ellos no tienen seguro y si necesitan apoyo de una pensión.
PPK representa a un sector social que aunque se vista de mona siempre sera yanqui y acrecienta la polarización no es del pueblo.
El pueblo a gobernar