domingo, febrero 13, 2011

La manipulación política

En la segunda vuelta del 2001, el Perú debió escoger entre Toledo, el supuesto economista y “héroe” de los Cuatro Suyos, y el peor presidente del Perú y recién prescrito por delitos de corrupción: Alan García Pérez. Era un escenario imprevisible unos meses antes cuando acabó abruptamente el gobierno de Fujimori, con la fuga del dictador, con García aún refugiado en el exterior y Toledo emplazando al gobierno transitorio de Paniagua para que no se le ocurriera cambiar el cronograma armado con la OEA, porque sólo él podía salvar al país.

¿Cómo entró García en escena y, dicho sea de paso, casi le gana al tipo que permitía que en las calles le gritaran Pachacútec, general de generales? Aunque usted no lo crea, el principal gestor de esta reaparición tan temida por muchos, y que iba a representar la primera frustración electoral grave de Lourdes Flores (no entró a segunda vuelta), fue el propio Toledo que para ello llegó hasta Paris para consultar con el interesado y movió en Lima los recursos políticos con que contaba para conseguir la proscripción.

En pocas palabras, al candidato que casi le gana a Fujimori el año anterior y que se había comprometido con el país a una democratización radical (nueva Constitución y nuevas instituciones) y a una persecución implacable de los corruptos, le convenía transformarse en un mal menor respecto al fantasma del regreso de García, porque así ponía en segundo o tercer plano sus promesas hechas ante las masas movilizadas. Y, por supuesto, que hubiese una trama secreta detrás del inesperado desenlace de las elecciones del 2001, que ya nada tenían que ver con los problemas de la del 2000, no quiere decir que no hubo eso que llaman “guerra sucia”. Los apristas dijeron que el video Montesinos-Mantilla, se difundió en plena campaña para perjudicar a García, y los toledistas que sus rivales sacaron los casos Melody y Zaraí para bajarlo en las encuestas.

Del 2001, viene el mito de que Toledo y García son grandes enemigos, pero eso no se acredita con lo que hizo el APRA en el Congreso 2001-2006, especialmente desde la comisión de fiscalización presidida por Velásquez Quesquén. Y el episodio de las firmas falsas y el pedido de vacancia del 2004, puede verse desde dos ángulos: el del atrevimiento a plantear el tema y el de la conciliación que fue el definitorio y llevó a legalizar un régimen que había perdido toda su legitimidad y heroicidad inicial. Pero lo más importante, fue el papel de Toledo en la campaña del 2006, jugándose desde el poder para que gane García, incluyendo la polémica con Chávez y la manipulación de los medios para cambiar la percepción del monstruo de la elección anterior.

Así es como hemos llegado a 2011, con Toledo acusando que cualquier denuncia en su contra, tiene su origen en Palacio, y vendiendo el cuento de que un García obsesionado en el 2016, quiere tumbarlo para que no investiguen su actual gobierno. A su vez el grandote le contesta pero Alejandro, si somos lo mismo, porque gobernamos para las inversiones, mientras manda a su jauría de Mulder, Vargas y otros, a retar al cholo en sus infinitas contradicciones. Pero nos están manipulando. Porque con Toledo no se vienen cambios ni investigaciones serias, sino todo lo contrario. Y el APRA parlamentaria le estará apoyando.

13.02.11
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdadera personalidad de Alejandro Toledo hablando en audio privado

http://whiskyleaksperu.blogspot.com/

porfavor no creamos en este señor que es un mentiroso rufian, gentes deense cuenta