jueves, mayo 27, 2010

El capo de la impunidad

El día que se votó por segunda vez el Informe sobre Petrotech, el “tío George” que estaba al lado de Jhony Peralta no pudo evitar un gesto con la mano que fue inmediatamente captado por las cámaras. “La hicimos”, es más o menos como se traduce el dedo gordo levantado y el resto de la mano en forma de puño. Y, claro que la hicieron. Como que el sábado el APRA oficial estaba festejando en la Plaza de Acho, bajo el lema “unidos todo lo podemos” (hasta salvarnos de las acusaciones de corrupción, puede entenderse) y un columnista que funge de intérprete del presidente escribía: “Con la reconsideración del informe el gobierno confirma su paso a la ofensiva en la guerra de acusaciones de corrupción que hasta aquí han venido ganando sus opositores”.

El domingo de pasacalle y cumpleaños presidencial, ya era el acabose. Algo así como la institucionalización del principio que lo que al pueblo le interesa son las obras y el baile, y todo lo demás: petroaudios, chuponeos, gas de Camisea, Crousillat, Cofopri, Paita, Collique y otros faenones, no son más que intentos de opositores sin fortuna por salir también en la foto. Había en la avenida Brasil, un aire de coronación del emperador, que había logrado poner en un solo puño al partido que hacía flecos y que se ha quedado descabezado con dos secretarios generales que no existen, y responder con masas a la presión de opinión pública que exige rendir cuentas.

Obviamente al gobierno le importa un huevo Petrotech, y Alan García no tuvo ningún reparo en buscar, a través de Químper (¿de quién más podía ser?), al angustiado señor Kallop durante las elecciones, cuando éste creía que ganaba Humala, y conseguir algunos ineludibles beneficios para su causa, como lo prueban los mails que este diario publicó hace unos días. El tema es que había que llenar de contenido la pregunta con las que nos han querido desviar desde el principio de sus propias culpabilidades: ¿quién contrató el chuponeo? Petrotech, pues compadre. No importa si es verdad o mentira, o si el gobierno la favoreció para su venta, consiguiéndole compradores y permitiendo hacerlo sin pagar impuestos. Es, como dice Lauer, la maniobra perfecta para “pasar a la ofensiva…”, lo que significa que si uno se alinea en el frente anti Petrotech, casi está diciendo que el gobierno (y de paso León, Canaán, tío George, Garrido Lecca y otros) son unas pobres víctimas (vean lo que está escribiendo Del Castillo sobre el complot contra él, como si los complotadores lo hubieran llevado a la suite o comprado los departamentos); y si uno se resiste al oportunismo, resulta apoyando a un pirata petrolero.

Las celebraciones de este fin de semana, es verdad, dejan el sabor de un García encumbrado como el capo de la impunidad. Alguien que no sólo sirve para ganar elecciones como se dice normalmente, sino que tiene la habilidad y la desvergüenza suficiente como para culpar al primero que se le ocurre, sembrar la confusión y pasar a otro asunto. Ese García de sangre fría lo hemos visto en el 2008 con los petroaudios, en el 2009 con el baguazo y lo estamos viendo nuevamente en estos días, riéndose de los que empiezan a creer que todo lo que ha pasado aquí es una lucha de tendencias del APRA, una guerra entre empresas o un truco para que el presidente decida el candidato del partido para el 2011. Están atracando Coquito, ya no tienes de qué preocuparte.

26.05.10
www.rwiener.blogspot.com

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