sábado, abril 03, 2010

¡Qué vergüenza, Rosa María!

Es seguro que cuando Rosa María Palacios quiera hacer la historia de sus informaciones críticas e independientes respecto al gobierno de Alan García (como lo ha hecho recientemente con Toledo para demostrar que no lo apoyaron cuando era presidente), no incluirá la entrevista de “Prensa Libre”, del martes en la noche con el ministro Rafael Rey. Ni una sola vez, la conductora blandió su consabido “un momentito”, para interpelar al funcionario del poder, ni cuando se encontró ante respuestas tan conmovedoras como las siguientes:

- No hablé de este tema antes porque me había olvidado de mis correos con Rómulo León.

- Fíjese la fecha, los trámites de aranceles los hice antes de la carta que me envía León.

- Todas mis comunicaciones se realizan desde el correo electrónico oficial lo que prueba que no hay malicia.

- La carta de Rómulo a su hijo dando cuenta de sus gestiones ante el ministro es una fanfarronada.

- Yo siempre contesto todos los correos.

- Actuó por lo que considero justo y no en función a interese s particulares.

Pues bien, si ante la Comisión Luizar, el dos veces ministro sólo recordó sus correos con Rómulo León sobre el tema de los aranceles a las redes de pesca cuando se los pusieron ante los ojos, ¿cuántas más cosas podrían habérsele ido de la memoria? Entonces, ¿qué debe hacer un periodista que tiene una relación sobre los correos faltantes del USB de Gianotti y lee que hay 25 que dicen Rey y se encuentran perdidos?, ¿le cree al ministro que afirma que la policía usa “Rey” para referirse al “rey de la selva”, es decir al León Alegría de esta historia, o le insiste con la pregunta: no se habrá vuelto a olvidar de algo señor ministro?, ¿cuál es la diferencia entre un periodistarealmente independiente y Raúl Vargas y Rosa María Palacios?

Y sobre el tema de las fechas, ¿cuál puede ser la importancia si en los mails que han sido revelados lo que se observa es que se refieren a conversaciones que venían haciéndose de tiempo atrás? “Tal como conversamos…”, le dice el rata a Rey; “he estado en Japón… por eso recién te contesto”; puntualiza Rey. O sea, ninguna de estas comunicaciones tiene el sentido de un texto formal, que atiende la inquitud de un ciudadano sobre un determinado trámite, sino que son parte de un intercambio sobre un tema que ambos impulsan en común: “lamento que sólo se nos hiciera caso en lo de las 84 partidas… Insistiré en el asunto”, explica el ministro como justificándose.

Que se use el correo oficial, sólo prueba una cosa: que para Rafael Rey, como para otros miembros del gobierno, estos trámites originados en el lobista de una gran cantidad de empresas de diversos rubros, que buscaban ventajas del Estado, eran de los más normales. Es lo que decía Abel salinas sobre su intervención para conseguir que la gerencia de Petroperú otorgue un contrato de transporte de gas a una empres chilena, porque Rómulo se lo había presentado y le parecían buenos muchachos. Y cuando mete eso de las supuestas fanfarronadas de Rómulo, o el apunte que hace la propia Rosa María como ayudita a su entrevista, que nunca se bajaron los aranceles, ¿no estamos acaso ante la más importante coartada del caso petroaudios que repiten García, Del Castillo, Garrido Lecca y otros para justificarse? Claro si Rómulo, Bieto y Canaán eran como los viejitos de los Muppets, que hablaban de faenones y trámites al más alto nivel, cuando nadie les hacía caso y no conseguían nada. Ah, sobre eso, yo no escribiría ni una notita, apunta entonces la periodista y ex asesora de Hurtado Miller.

Pero veamos un puntito más: ¿es que tenemos ministros que rinden cuentas de sus gestiones sobre asuntos económicos y empresariales a cualquier persona que lo pregunte y le aseguran que van a seguir insistiendo en conseguir la rebaja que le solicitan? Más aún, ministros que dicen que “casi” no conocen al que le manda mensajes proponiéndole viajes al extranjero y contactos. Y una entrevistadora que se atreve con: ¿usted entonces no lo conocía? Claro, si sólo nos habíamos visto dos o tres veces en reuniones sociales. Ajá, entonces, todo esta muy claro y no necesita discutirse.

Nos quedamos aquí con una acotación final. Cuando se le cuestionó a Rafael Rey la manera como se comprometió con la propuesta de la Sociedad de Pesquería para sacar adelante la ley de cuotas que está consolidando el dominio monopólico sobre el mar peruano, contestó de la misma forma en que lo está haciendo ahora: que era ridículo suponer que él respondía a intereses privados cuando se había basado en un estudio técnico de Apoyo S.A., que además no sabía (¿no recordaba?) quién había financiado. Sólo que después todos nos enteramos que el jefe del estudio era también director de Pesquera Austral (miembro de la SNP) y directivo y promotor en la Universidad encargada de auditar los efectos de la ley. Es decir todo se había amarrado pero el ministro no había dado cuenta. Como ha vuelto a ocurrir también con los tanque chinos.

Pero Rosa María no hubiera escrito ni una mísera notita, sobre la relación Rómulo-Rafael. Si es de lo más normal este tipo de mails en el Perú de estos años.

02.04.10
www.rwiener.blogspot.com

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