jueves, agosto 13, 2009

El círculo cuadrado

Lourdes Flores se diferenció del APRA, en el asunto de Bagua, cuando ordenó a su bancada no acompañar la derogatoria final de los decretos legislativos de la selva, bajo la tesis de que este había sido un problema exclusivamente de orden público. Frente a esta posición, Toledo dijo que los decretos fueron un abuso a los derechos de los indígenas y que nada justificaba la represión que decidió el gobierno. Por último Castañeda, se calló durante todo el episodio e hizo seguir a sus congresistas la ruta del gobierno, con todas sus maniobras, para terminar haciendo lo contrario de lo que sostuvo durante varios meses.

Pero Lourdes cree que los tres, ella, el de Cabana y el mudo de la Plaza de Armas, constituyen alguna especie de centro respecto a los problemas nacionales. Centro quiere decir entre dos extremos, lo que se entendería como que en un lado están los antisistema del nacionalismo y la izquierda, y del otro el gobierno “demasiado derechista” de Alan García. Pero ocurre que en el momento decisivo del segundo quinquenio alanista la lideresa del PPC decide colocarse en la línea más dura y cerrada frente a los reclamos del movimiento amazónico y reduce el conflicto a la demora en enfrentarlos con el poder represivo. Más aún, intenta un frente con dos sectores que han tenido orientaciones totalmente diferentes a las suyas, y encima incluye en el coqueteo al hoy ministro cesante Ántero Flores Araoz, que era el ministro de Defensa en la peor hora del actual gobierno.

En el 2001, Flores quiso hacer un centro en el que participaban el ex PCP y ex CGTP, José Luis Risco, y un tecnócrata como Drago Kísic; y en el 2006, llevó sus alianzas por los candidatos que le propuso Dionisio Romero, los que a regañadientes entregó Rafael Rey y los que puso Castañeda. ¿Alguien puede explicar esta política y encontrar algún significado a la pretensión centrista de la susodicha? Acaba de presentarse ante el Congreso, el gabinete Velásquez Quesquén y los miembros que le quedan a Unidad Nacional han dicho de todo sobre las deficiencias de su discurso y la falta de ideas nuevas. Sin embargo al final votaron por aprobar la presentación.

Lo mismo puede decirse de su voto por la sanción a los congresistas nacionalistas por su posición en defensa de los reclamos nativos, lo que en los hechos mejoró inmediatamente la relación de fuerzas para el APRA y sus sectores más cercanos, lo que se expresó en el fallido voto por la censura contra el gabinete Simon y en la elección de la última mesa directiva del Congreso. El país ha visto paso a paso el drama de Lourdes Flores, como una imposibilidad de establecer sus diferencias con el actual régimen. Es por eso que sui “frente de centro” está tan perdido en el escenario nacional. Como si fuera un síntoma de que no hay centros posibles.

12.08.09
www.rwiener.blogspot.com

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