jueves, septiembre 11, 2008

Inflación: ¿importada o doméstica?

Que el presidente y sus ministros declaren que la inflación es importada, equivale a decir que ellos no tienen la culpa. Y que algunos tecnócratas desplazados del poder les contesten que el factor de la demanda interna es el fundamental, significa que están diciendo que no hubo suficiente persistencia en el ajuste a los sectores populares. En otras palabras que eso del chorreo final del sistema era un cuento, porque apenas gotea hay que cerrar el caño.

La inflación es mundial, ciertamente, si no veamos los precios del petróleo, los alimentos y la cadena de bienes finales. Pero quedarse sólo ahí equivale a olvidar cuántos años se han utilizado los precios internacionales, varios de ellos con altos subsidios, como estabilizadores internos. El desinterés total por promover y apoyar el agro de alimentos respondía al criterio de que se podía vivir de la producción externa y dedicar las mejores tierras a la agro-exportación.

Hoy tenemos una inflación que en un alto porcentaje corresponde al trigo, al maíz y el pollo, al aceite y otros productos con fuerte componente internacional. Pero curiosamente compiten en la escalada otros como el limón, la palta, las frutas, etc., cuya característica es que se exportan en cantidades cada vez mayores, lo que está determinando probablemente una baja de la oferta interna. Lo que quiere decir que tenemos una carestía de alimentos (alrededor de 10% anualizado), con un componente de importación y otro de exportación.

¿Qué se ha hecho durante años para lograr una mayor seguridad alimentaria y hacer frente a las fluctuaciones del mercado mundial? Absolutamente nada. Peor aún se ha desalentado cultivos de trigo, maíz y otros, para alentar el camino exportador. Y tampoco se está haciendo algo a estas alturas cuando se percibe que los cambios que están ocurriendo a nivel global tienen proyección de largo plazo.

Algo por el estilo puede decirse sobre el asusto de la energía: ¿o acaso no se paralizaron los proyectos hidroeléctricos para favorecer al consorcio Camisea?, ¿y acaso no se estuvo jugando a imaginar reservas de gas que no se tenían, con el dichoso propósito de justificar los contratos de exportaciones? Entonces, sí hay responsabilidad cuando uno abre la economía sin defensas, ni políticas de desarrollo propio, y a la vuelta de los años se encuentra con el cambio de tendencias que no se tiene como controlar.

En el otro lado de la moneda están los que vuelven al discurso de final de los 80, apuntando al “exceso de demanda”. O sea que si usted, ve que los ingresos no le alcanzan para comprar los productos que necesite, admita que su débil salario es una de las causas del problema. Si usted ganara y consumiera menos, todos estaríamos felices. De eso se trataría ahora. Una subida de los principales precios (tasas de interés, tipo de cambio, impuestos indirectos, combustibles), con salarios contenidos, siempre bajará el índice de inflación por falta de compradores. Pero hará mucho más pobres a los que ya son pobres.

10.09.08
www.rwiener.blogspot.com

No hay comentarios.: