martes, agosto 26, 2008

No entienden

El gobierno en verdad no entiende porque los amazónicos no quieren tener la posibilidad de transferir sus tierras (vender, concesionar, alquilar, etc.), a empresas trasnacionales, con el menor número de votos posibles.

Nótese que el gobierno ha pasado de la fórmula “50% de los miembros asistentes a la asamblea…” (DL 1015), a la de “voto a favor de no menos del 50% de los comuneros posesionarios con más de un año de antigüedad”, (DL 1073), y a la fórmula que se aplica en los comunicados oficiales: “el voto del 51% de sus miembros, podrá alquilar, hipotecar, parcelar, etc., sus tierras” (que no aparece en ninguno de los dos decretos, pero que se usa en la polémica)

Puede decirse que es el propio Alan García el que no termina por entenderse a sí mismo, lo que se refuerza con la propuesta de volver al 66% para casos de venta e insistir en el 51% para “joint venture” (asociación de explotación), alquileres y otras. No comprende, en primer lugar, que ha dado pie a una terrible confusión, que empieza en sus artículos sobre el “perro del hortelano”, y que han convencido a los comuneros que lo único que interesa son las opciones para los grandes inversionistas.

¿O creía que no se habían dado cuenta?

Hoy mismo, con su nueva propuesta, da la impresión de estarle rogando a las comunidades que cedan un poco y le otorguen una facilidad a las madereras, petroleras y mineras por las que aboga. Y, como quién quiere convencer de sus buenas intenciones, advierte que no entiende cómo es que una propuesta serrana se le hizo amazónica, porque supuestamente en la sierra los campesinos sí están dispuestos a rematar sus territorios.

O sea, de veras, no entiende. Porque en la sierra el rechazo es tan o más fuerte, que en la selva. Y, además, porque una porción demasiado grande de sus tesis perrunas han estado dedicadas a los bosques, ríos y tierras amazónicas, como para que ahora se haga el sorprendido.

García y Del Castillo tampoco entienden porque las protestas de los pueblos indígenas han abarcado tan vastos territorios petroleros y gasíferos, amenazando los tubos que transportan estos valiosos recursos. Pero no se han molestado en mirar el mapa de las concesiones que muestra que el 73% de la inmensa selva está lotizado entre empresas petroleras extranjeras. O sea que por donde uno camina, choca con esa actividad. Pero esos lotes infinitos están superpuestos con los territorios indígenas. Sólo exterminándolos u obligándolos a salir de allí, podría evitarse que este sea el escenario de un constante conflicto.

Y si de entendederas se trata, también está el tema de quién unificó y dirigió la lucha de los pueblos amazónicos. Como el gobierno no entiende, culpa a Chávez, Humala y hasta Lourdes Flores. Pero los pueblos indígenas llevan años coordinándose y definiendo programas comunes. Tienen una estructura que desborda las fronteras. Y están cada vez más convencidos de que deben jugar un papel propio en la política de cada país (véase Bolivia y Ecuador). Mientras más tiempo le cueste entenderlo al gobierno, tendrá que pagar un mayor costo político.

27.08.08
www.rwiener.blogspot.com

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