martes, agosto 05, 2008

Alberto Gálvez Olaechea

Aguinaga: la ministra de Justicia no debió entregar el premio del concurso que su propio ministerio había convocado para promover el desarrollo de la literatura entre los presos.

Gutiérrez: se debió establecer entre las condiciones para inscribirse que no podrían participar los condenados por delito de terrorismo, o sea que este concurso era para todos los presos, pero no para todos.

Morales: ¡Cómo se le ocurre al INPE dar oportunidad a personas que han hecho tanto daño al país!, cuando seguramente los demás presos se caracterizan por no haber hecho ningún daño a los peruanos.

Los tres vicepresidentes de la Mesa de Velásquez Quesquén han opinado en un medio tan representativo como “La Razón” sobre la premiación al ex dirigente del MRTA, Alberto Gálvez Olaechea por un cuento que el jurado calificó como el mejor de los presentados. Y lo han hecho en el contexto de una polémica sobre el derecho de un sujeto acusado de crímenes de lesa humanidad y corrupción agravada, de recibir baladistas, brujas, financistas, publicistas, etc., en su celda, donde hasta el presidente de la república ha metido su cuchara para decir que es de lo más normal, y no hay pacto bajo la mesa.

Alberto Gálvez Olaechea, ha cumplido veinte años en prisión, sin haber matado, secuestrado o hecho volar algún coche bomba, y siendo autor de los más importantes estudios de balance y autocrítica sobre la guerra interna en el Perú. No estoy seguro que haya llegado a conocer a su hijo que nació en prisión. Pero nunca ha llorado por un privilegio carcelario que no fuese para todos los que comparten la prisión con él. Y es por sus méritos propios que su cuento fue calificado como el mejor.

Pero, ¿por qué le siguen teniendo tanto miedo a alguien que no está haciendo ninguna apología de la violencia y que ha mantenido una postura casi estoica frente a un largo castigo? Tengo la impresión que los irrita precisamente que no se haya quebrado con el régimen que le impuso el fujimorismo y persiste en lo esencial bajo el alanismo; que les molesta sobremanera su plante, su serenidad, su capacidad de ironizar, desde la posición en que se haya; que los saca del quicio reconocer alguna superioridad intelectual en personas a las que habían motejado de “irracionales”, etc.

Aguinaga, Gutiérrez y Morales, no son sólo oportunistas sino mediocres o menos que eso. No ganarían un premio a nada. Por eso les irrita Gálvez. Es fácil de entender.

06.08.08
www.rwiener.blogspot.com

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