jueves, julio 03, 2008

Vladimiro Fujimori

Cuando Montesinos zarandea al fiscal y a los vocales supremos, ante la sonrisa de Fujimori, en realidad le está haciendo recordar a su antiguo jefe y al país entero, que así era que el hombre de inteligencia trataba a generales, almirantes, magistrados, embajadores, altos funcionarios, en los años 90.

La técnica que usó para imbecibilizar al general Salazar Monroe, para imponer la firma de un acta de sujeción al poder firmada por todo el alto mando, para llevar a todo el aparato estatal al golpe del 5 de abril. Y, obviamente, para convencer al nisei que podía efectivamente dirigir el gobierno.

- Así es el Estado, ingeniero, así es como hay que tratarlos, debe haber sido más o menos su instructiva

Y para que se entienda bien el mecanismo, Vlady ha hecho varios amagues contra el fiscal principal y su auxiliar, poniendo en duda su solvencia moral; ha hurgado el pasado de uno de los vocales de la sala y ha ridiculizado al ex vicepresidente del Perú como cortador de salame. Lo que no es sino la reedición del método montesinista de yo sé algo de ti, que lleva rápidamente al criterio de que los que lo enfrentan tienen pies de barro y por eso son débiles, y que el que declarará después de suyo es un pobre tipo.

Montesinos ha dado otras claves: que la inteligencia que se presenta como la clave de la lucha antiterrorista es una zona porosa, donde no se distingue lo legal de lo ilegal. O sea que los hombres de inteligencia no pueden ser juzgados por la ruptura de las leyes, sino por los resultados que consiguen; y que el delito cabe si se trata de un asunto de Estado, que es casi como decir que nos sinceremos y que si había que matar a tipos desarmados que eran peligrosos, había que hacerlo.

Un tercer aspecto son sus referencias a la dialéctica, a los aspectos principales y secundarios de la contradicción, y a la memoria nemotécnica que afirma tener. Son fanfarronadas de aparente cultura y de marxismo superficial puesto al servicio de la contrarrevolución. Ahí le habla a los que no le entienden, indicándoles que ve más lejos, deduce mejor y tiene mucho menos escrúpulos, que ellos. La razón por la cual Romero y tantos otros empresarios se rendían ante él.

En pocas palabras Montesinos ha dado una lección de lo que era el régimen de los 90. Le ha quitado a Fujimori la posibilidad de desligarse de su persona, ha advertido que puede hacer mucho daños entre los que lo juzgan y lo tienen prisionero porque sabe demasiado, y ha cerrado brillantemente la faena advirtiendo que puede callar en el momento que le da la gana. Y el Estado peruano, representado por el juez San Martín, apenas si puede murmurar que eso le molesta.

2.07.08
www.rwiener.blogspot.com

No hay comentarios.: