sábado, julio 19, 2008

Receta Valdivieso: crédito caro y menor gasto

La receta del BCR y el nuevo ministro de economía es la que se aplicó en los 80 y 90, la sombra del shock planea nuevamente sobre el país.

De pronto, empezamos a saber que el crecimiento del que tanto se jactaba el presidente no era tan bueno como decían, y que el BCR piensa que no estamos preparados para 10% anual, o sea que no somos China, y una cantidad de economistas, que no se sabe donde estaban los últimos meses, han empezado a decir que no podemos ir a 120 Km./h. a Pucusana, que lo correcto es ir a 80, etc.

El motor se está recalentando, dicen los agoreros. Y uno se pregunta ¿de qué están hablando, si se suponía que el “motor” era la inversión y con ésta nadie piensa meterse, y que el actual crecimiento era presentado como sano, porque no dependía de la maquinita monetaria, el crédito exterior o ingresos temporales como los de la privatización, que han sido culpados otras veces del final abrupto de los crecimientos?, ¿qué fue lo que falló?

Ya hace varios meses que el Perú registra tasas crecientes de inflación, frente a lo cual el gobierno ha dado diversas respuestas: (a) es importada; (b) es temporal; (c) es sólo de alimentos; (d) es todavía pequeña; (e) no importa. Y el tiempo ha corrido implacable, mientras las encuestas remarcaban que la gente identificaba una incapacidad gubernamental para hacer algo frente a los precios. En realidad había intentado hacerlo, pero el resultado de bajar los aranceles fue nulo en los mercados, aunque muy efectivo en los bolsillos de Romero y otros importadores.

Y ahí es donde nos cuentan la historia que el ministro Carranza se va porque tiene que atender asuntos familiares (aunque ahora sabemos que se va a quedar como asesor) y que su despedida es adornada por condecoraciones del mundo financiero, pero el que viene en su reemplazo cambia el personal y empieza a reunirse con el gordo del Jr. Miró Quesada, en vez de hacerlo con el de Palacio de Gobierno, reconociendo que Velarde hace tiempo que prende sus luces de alarma, aunque nadie le haga caso. Y todos empezamos a girar en torno al peligro de crecer demasiado.

Y ¿cuál es la receta para el motor recalentado? Ya está sobre la mesa: suban el crédito, para que la gente tenga menos plata y consuma menos (como si el pan y la papa, se comparan con tarjeta de crédito) y bajen el gasto público para que haya menos dinero en la economía (tal vez vuelvan a pagar deuda externa adelantada). Todo esto significa que cuando el modelo crece y genera altas ganancias para la gran inversión, hay que dejarlo tranquilo porque ya vendrá para el resto. Y cuando empieza a gotear un poco de crédito (por exceso de plata en los bancos) y un aumento de obra pública (también por exceso de liquidez en el fisco), el ataque se dirige contra estos factores.

O sea, si quieren que se lo resuma en pocas palabras: cuando comienza el chorreo, cierran el caño. Ese es el modelo. ¿Qué les parece?

17.07.08
www.rwiener.blogspot.com

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