lunes, enero 21, 2008

Narcoterrorismo

Si el Estado declara que lo que tiene al frente es una banda de narcoterroristas, cuya finalidad es producir y vender estupefacientes, hacer secuestros para obtener rescates y echar bombas para aterrorizar a la gente, lo lógico será que concluya que no hay interlocutor político con el cual discutir una solución de paz o algo por el estilo, y encargará a la policía ocuparse del problema.

Sin embargo debemos saber que el Estado de Colombia ha negociado ha negociado numerosas veces con las organizaciones armadas de ese país para tratar de encontrar caminos de paz y ha tenido que hacerlo tragándose sus palabras previas. Lo hizo con el M-19 (que asaltó alguna vez el Palacio de Justicia) y con otras guerrillas de izquierda a las que había condenado muchísimas veces, que se reincorporaron a la vida política y han contado con parlamentarios y candidatos presidenciales, y con las FARC y el ELN, aunque en estos casos sin llegar a acuerdos.

El propio Uribe inició una negociación con los jefes de las estructuras paramilitares, claramente vinculadas al narcotráfico, lo secuestros, el crimen y el terror, y les está ofreciendo opciones para entrar a la vida política legal. Cierto que el gobierno pudo decir que no se negocia con narcoterroristas y que lo único que les queda éstos es rendirse o morir.

Pero eso equivaldría a saltarse la historia colombiana enterita. Entre otras muchas cosas, los 20 mil dirigentes políticos, sindicales y populares asesinados en la ola de violencia de los 80 y 90, cuando más se hablaba de paz y las fuerzas políticas no comprometidas con el poder económico tradicional intentaban hacerse un lugar en el sistema político.

En El Salvador, Irlanda y otros países, las negociaciones de paz se ha hecho a pesar de que los adjetivos brutales que recayeron en el FMLN, en el IRA, los rebeldes sudafricanos, Al Fatah y otros. El Estado, que se considera asimismo expresión de la sociedad, tiene que reconocer que en ciertas circunstancias debe producir alguna forma de apertura para incluir a los que no se sienten parte. Las guerras civiles suelen ser la evidencia de que esa apertura no se dio por las vías pacíficas.

Por eso resulta de una estrechez mental superlativa reducir el tema de si se reconoce estatus beligerante a las FARC para iniciar negociaciones de paz, a la cuestión de si esto es una ganancia de propaganda para los insurgentes. El punto es si la liberación de dos secuestradas importantes a través de una intervención humanitaria de varios países e instituciones se toma como un posible punto de partida no sólo para rescatar a los demás rehenes sino para discutir el fin de la guerra.

El Perú estamos muy desprovistos para comprender ese proceso. Hasta hay quién escribe que el asunto se arregla mandándoles a Fujimori y Montesinos para que hagan lo que saben hacer y que dicen que no hicieron cuando están en juicio. Aquí todavía hay un presidente que gana aplausos hablando de pena de muerte, jueces sin rostro, listas de liberados por la justicia, etc. Y somos el único lugar de la América que oficialmente no se ha congratulado por la liberación de Rojas y Gonzáles. Hasta Bush, lo hizo.

20.01.08
http://www.rwiener.blogspot.com/

2 comentarios:

Luno dijo...

Sr. Wiener que bueno que ya cuente con un blog donde transmita sus ideas referentes a este gobierno de derecha.
Pido por favor que interceda a Lévano a que se anime a publicar mis columnas los lunes, compitiendo así con el tal Bayly de Correo.
No quiero ni necesito que me paguen un solo sol.
Atte.
Luis Nole.
www.luisnole.blogspot.com

Sal ají chicha y vinagre dijo...

A pesar de las ubres y manteca, la miniatura del "hortelano" saltó a la vista..!

Fue después que el presidente brasileño, Lula Da Silva, dijera que la política exterior chilena referente a los intereses de latinoamérica, siempre "ha sido una mierda"..!

Allí, a esa.... -contra viento y marea- el "responsable" se arrimó.

Quería, -dijo- ganar una palmadita de Washington.

También, a pesar de su abultada figura y cháchara, fue notoria su pequeñez cuando hizo migas y se identificó con el presidente colombiano, Alvaro Uribe.

El presidente colombiano acababa de ser vinculado con los grupos para-militares, y estos, era vox populi, estaban fuertemente conectados con el narcotráfico de los carteles.

Es decir, a sabiendas que la inteligencia norteamericana a través del ex presidente, Al Gore, así lo hizo saber. El Premio Nobel de la Paz, no aceptó compartir la misma tribuna con el presidente colombiano en una conferencia internacional sobre medio ambiente que se desarrolló en la Florida "por sus notorios vínculos con los grupos paramilitares y estos con el narcotráfico", -dijo la nota de prensa del ex presidente Gore.

Claro, la desprestigiada administración Bush evade aceptar que la mafia colombiana lo cogió de penco, que le tomó el pelo con los 4 mil millones de dólares de la ayuda norteamericana con el Plan Colombia..!

Una forma de "pagar" la burla es haciendo lo que Alvaro Uribe está haciendo en estos días: dándole carta blanca a los "halcones" de Washington en territorio colombiano y a sus bases militares.

Algo se percibió cuando Bush, abrupto, redujo sus horas de permanencia en Bogotá en su infructuoso periplo por el continente latinoamericano vendiendo el "sueño" Etanol como milagrosa receta para todos los males de la pobreza.

Ahora, el Plan Colombia convertido en "Plan Patriota" (los "pepes" (PP) de trágica y funesta recordación) se habla de posibles enfrentamientos con la Venezuela de Hugo Chávez..!

¿Y el "hortelano"...?

En el corral relinchando más fuerte que nunca....